30.8.06

Cheshire

23 horas. Volvía (dandolé duro al pedal) de un largo día de-formación académica.
El mil veces recorrido camino a casa no era suficiente para eliminar de mi mente las fases y contrafases, los núcleos, los devanados y los factores de potencia. Ni siquiera los travesaños apostados estratégicamente en algunas esquinas lograban despejarme.
A mitad de camino vi sonreír al cielo. La luna estaba así:
Será que soy muy poco observador, pero es la primera vez que me percato de semejante fenómeno. Y bueh, puse piloto automático y me quedé mirando a la luna. En algún momento pensé que se parecía a la sonrisa del gato de Alicia, la del país de las maravillas, de Lewis Carroll. Personajes interesantes tanto el gato como el tío Lewis.

Cuando tuve la oportunidad consulté al oráculo de la internés, el cual me derivó a la fuente de la sabiduría imperecedera y encontré no sólo que el fenómeno no era muy extaño sino también que esta luna ¡¡¡suele ser nombrada con el nombre del gato de Alicia!!!
Véanlo ustedes mismos: Cheshire cat, Cheshire Moon.
Ya está todo inventado. Si se les ocurre alguna idea nueva no tienen más que buscarla en google para ver que ya se le ocurrió a algún filósofo maya.

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